como si la península estuviera tan lejos que sería un lugar donde se seguiría viviendo plácidamente, y como si se tratara de otro planeta. Así son los sabores que nos llegan de Yucatán: específicos en su identidad, verdaderamente singulares. Es el caso de la longaniza de Valladolid, conocida como longaniza oriental.
Su cuna es el barrio de San Juan, en Valladolid, Yucatán, la famosa Sultana de Oriente, antes llamada Zací, su nombre en lengua maya. Su invención se atribuye a Felipe Pérez Vásquez, a finales del siglo antepasado. A este personaje vallisoletano, gracias a su ingenio en los menesteres del embutido, se le conoció como El rey de la longaniza. Es un embutido de características muy diferenciadas, tanto por su elaboración como por sus ingredientes, y qué decir de su sabor.
La longaniza oriental debe su identidad, como decíamos, a su elaboración muy precisa, que incluye el ahumado de la carne de res y cerdo, y el uso de la tripa del intestino delgado de la res para embutir ambas carnes en equilibrio de cantidades. Para meter la carne en la tripa se utilizan duyas especiales y se hacen amarres con cuarenta centímetros de distancia entre nudo y nudo, utilizando fibra de henequén. Luego se cuelga sobre brasas, con la finalidad de darle un ahumado perfecto. El sazón se realza con recado rojo de achiote, chile ancho, ajo, vinagre, pimienta, comino, tomillo, clavo, sal en una medida cauta y, si se desea, mejorana. El marinado en jugo de naranjas agrias y chile habanero es el toque maestro de la variedad oriental.
Una forma que se recomienda para su consumo es en una torta con huevo revuelto o en tacos, servidos con cebolla morada, naranja agria, frijoles colados y el indispensable chile habanero.
La longaniza oriental de Valladolid ha alcanzado tal renombre, incluso entre el turismo internacional, que no se concibe ir a este famoso Pueblo Mágico y no degustarla. Ir a Valladolid, no comerla y traer una dotación, que nos permita seguir disfrutando de tan agradable sabor, es como no haber ido.
Actualmente distintos pueblos del oriente de yucatán preparan este delicioso embutido, uno de ellos es temozón, y entre búsquedas variadas desde distintos pueblos, mercados, cocinetas y restaurantes encontramos una de las mejores longanizas de Valladolid 100% carne con condimentos naturales y procesos de elaboración artesanal ésta carne es justamente la que traemos hasta aquí para tu deleite y conocimiento.
Las personas que atienden es estos distintos lugares nos cuentan que progresivamente se ha dejado de elaborar la longaniza en su forma tradicional y que para reducir costos han añadido soya como sustituto de carne y colorantes con grasa para asemejar al sabor y color del recado de achiote, recuerda que entre más lugares visites y pruebes podrás identificar poco a poco las diferentes calidades de este embutido y otros tantos ingredientes.